Definición de Perfeccionismo

Marcoantonio Villanueva Bustamante
Doctor en Psicología

El perfeccionismo es entendido como una tendencia al establecimiento de altos estándares en la ejecución de actividades, asociado a la autoevaluación crítica excesiva y una preocupación irracional por cometer errores.

Es común que cuando vamos a una entrevista de trabajo y nos preguntan por nuestros defectos tendemos a decir que somos “demasiado perfeccionistas”, esto como si fuera una característica positiva en nuestra personalidad y que creemos es socialmente deseable, pues esto aseguraría que nuestro desempeño en el trabajo fuera muy bueno. Sin embargo, ¿realmente el perfeccionismo es algo bueno de poseer?

Se asume que el perfeccionismo se caracteriza por dos componentes básicos: una autocrítica demasiado exigente para evaluar el éxito personal y la autoevaluación que surge de no cumplir con dichos criterios. De acuerdo a la investigación en torno al perfeccionismo, es posible reconocer que se puede manifestar en dos “tipos”, el perfeccionismo normal o positivo y el perfeccionismo neurótico. Es posible encontrar esta taxonomía con otros nombres, por ejemplo, perfeccionismo funcional y disfuncional, perfeccionismo activo y pasivo, perfeccionismo positivo y negativo, perfeccionismo patológico y no patológico, sin embargo, el más usual es encontrarlo como perfeccionismo adaptativo y desadaptativo. De este modo, las personas que son perfeccionistas adaptativas tienden a presentar adecuados niveles de desempeño en sus actividades y baja discrepancia interna, mientras que, por otro lado, las personas perfeccionistas desadaptativas tienden a presentar buenos niveles de desempeño en sus actividades, pero altos niveles de discrepancia interna. En este sentido, la discrepancia debe ser entendida como un estado constante de percepción subjetiva en que se poseen altos estándares a cumplir que son establecidos por nosotros mismos.

Perfeccionismo adaptativo y desadaptativo

El perfeccionismo adaptativo o normal¸ se asocia con elementos positivos y socialmente deseables que permiten que el individuo sea funcional. En este caso, la persona se caracteriza por estar orientada al éxito mediante la búsqueda de logros y el esfuerzo, al alcanzar sus metas presenta satisfacción personal y su autoestima se ve beneficiada. Por el contrario, en el perfeccionismo desadaptativo o neurótico, se encuentra asociado a características y rasgos negativos que no son funcionales; así, la personas que es perfeccionista desadaptativa se caracteriza por proponerse metas casi inalcanzables y tener un miedo al fracaso excesivo. El mayor problema con este tipo de perfeccionistas es la manera en que estas características se reflejan en la cotidianidad, pues siempre le será difícil sentir placer u orgullo de sus logros, además de un constante sentimiento de inadecuación.

Autocrítica

Uno de los elementos relacionados íntimamente con el perfeccionismo es la autocrítica, definido como un estilo cognoscitivo innato en el que un individuo realiza una evaluación de sí mismo.

La autocrítica permite evaluar el comportamiento y determinar cuales de estas conductas son adecuadas o inadecuadas. De este modo, cuando se ejecutan conductas adaptativas la percepción de autoeficacia, generando así, una identidad adaptativa que le permitirá enfrentarse a todas las situaciones negativas de la vida; en consecuencia, si se presentan conductas inadecuadas estas pueden ser juzgadas para así corregirlas y mejorar el desempeño futuro. De este modo, puede observarse como la autocrítica puede llevar a una persona ser una perfeccionista adaptativa.

Por otra parte, algunos individuos presentan una serie de sesgos en la autocrítica, de este modo, perciben únicamente las conductas inadecuadas mientras que las adecuadas son el resultado de elementos externos, menosprecian los logros obtenidos de su comportamiento, poseen sentimientos de insatisfacción con las metas alcanzadas, desvalorizan los logros obtenidos y afirman que estos son una “obligación” o “no son la gran cosa”. Los errores son percibidos fuertemente y si uno de estos no permite alcanzar la meta, el individuo asume que es un fracaso. Este tipo de autocrítica orilla al individuo a volverse rígido y no buscar alternativas para solucionar un problema. Estos individuos se mantienen un estado de vigilancia perpetua en cuanto a cómo se desarrolla las conductas y si se presenta un error, por mínimo que sea, se activan las creencias negativas sobre sí mismo. Finalmente, estas personas son incapaces de tener confianza en su forma, ocasionando que la evitación sea su mejor estrategia de afrontamiento e impidiendo que no logren desarrollar su potencial de manera adecuada. Como era de esperarse, este tipo de autocrítica lleva a una persona a ser una persona perfeccionista desadaptativa.

Por: Marcoantonio Villanueva Bustamante. Licenciado en Psicología, egresado de la Facultad de Psicología de la UNAM, México. Doctor en Psicología por la UFRO, Chile. Actualmente, es investigador independiente que forma parte de diversos equipos de investigación en México y Chile.

Art. actualizado: Abril 2024; sobre el original de diciembre, 2017.

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