Definición de Epistemología Feminista

Lilén Gomez
Profesora en Filosofía

La epistemología feminista es un conjunto de corrientes que toman como punto de partida la crítica al predominio de la mirada masculina en la construcción del conocimiento, particularmente, del conocimiento científico. Dicha crítica se vincula fundamentalmente con dos rasgos de la concepción tradicional de la epistemología, que entiende al conocimiento científico como objetivo y universal.

Las epistemologías feministas señalan que, en la medida en que el conocimiento es producido por diferentes subjetividades, el resultado es diverso. De acuerdo con diferentes vertientes, habrá un mayor o menor compromiso con la posibilidad de acceder a una verdad objetiva a través de la ciencia, como veremos a continuación.

Al mismo tiempo, llevarán adelante una lucha en contra de la exclusión de subjetividades no cis-masculinas en el ámbito de la producción de conocimiento, históricamente organizado bajo un privilegio masculino, bajo el argumento de que las mujeres no serían “aptas” para el pensamiento y la ciencia. Se trata de un movimiento que, por un lado, acompaña otras críticas al canon epistemológico tradicional (véase Epistemologías del Sur) y, por otro lado, forma parte del feminismo en tanto movimiento social más amplio, cuyos intereses se vinculan con una transformación del orden social.

Empirismo feminista

Al interior de las epistemologías feministas, podemos distinguir entre diferentes corrientes. La primera que mencionaremos es el empirismo feminista, que pone el foco sobre los sesgos androcéntricos de la producción científica. Es decir, sostiene que, al ser mayoritariamente hombres quienes investigan y producen ciencia, no serían capaces de percibir sus propios sesgos de género, por lo que éstos acaban por tergiversar la objetividad del conocimiento. De esta manera, no se pone en cuestión la posibilidad de objetividad misma, sino que la propuesta supone que tal objetividad podría alcanzarse corrigiendo tales sesgos de género. La solución radicaría, entonces, en la incorporación de mujeres científicas e investigadoras al campo del conocimiento, cuyo contrapeso corregiría el problema, planteado en términos metodológicos. El método científico, así, es suficiente para acceder a una verdad no androcentrada, siempre y cuando sus prácticas sean reformadas.

Teoría del punto de vista

El punto de vista feminista en epistemología, cuya principal representante es la filósofa estadounidense Sandra Harding (1935), sostiene una crítica a la propuesta anterior. No sería posible corregir el método científico cambiando sus prácticas al incluir más mujeres porque, en última instancia, es necesario replantear las normas de investigación, teniendo en cuenta que ellas responden a un contexto social más amplio.

El punto de vista femenino sería, para esta teoría, un punto de vista epistemológicamente privilegiado frente al punto de vista masculino, pues históricamente se ha conformado como un punto de vista socialmente subyugado y, por eso, es capaz de dar cuenta de problemas que desde un punto de vista socialmente hegemónico no son pensables. En otros términos: las mujeres, al formar parte de una subjetividad históricamente oprimida, son capaces de observar, desde las periferias, problemas estratégicos que permanecen oscuros para quienes se ubican en el centro del campo del conocimiento, a saber, los hombres.

Al mismo tiempo, es preciso tener en cuenta, además de los sesgos de género, otros condicionamientos: las clases sociales, la raza, la cultura. En consecuencia, la potencia del punto de vista feminista radicaría en su capacidad de replantear los problemas científicos, atendiendo a condiciones contextuales que antes quedaban excluidas del campo de la cientificidad. Luego, resultaría en una “objetividad fuerte”, frente a la “objetividad débil” de la tradición epistemológica.

Filosofías queer en epistemología

Por último, haremos referencia a la idea de lo “queer”, que implica un rechazo a asumir, desde el feminismo, la identificación con un tipo de identidad dado. Es decir, el feminismo no debería consistir en una teoría “de mujeres” ni “para mujeres”, sino en un gesto deconstructivo de la identidad de género entendida en términos binarios: femenino y masculino. Una de las principales filósofas que ha desarrollado esta noción es Judith Butler (1956), proponiendo pensar la identidad de género como un acto performativo. Podemos mencionar, en la misma línea, al filósofo Paul B. Preciado (1970) o a la zoóloga y filósofa Donna Haraway (1944).

Se trata de diferentes elaboraciones teóricas que comparten como presupuesto la necesidad de repensar la noción misma de objetividad en la ciencia, —entendida por la tradición filosófica de Occidente— como una forma de acceso privilegiado al mundo que fue asignada exclusivamente al ser humano y, al mismo tiempo, identificando a ese ser humano como “hombre”. En última instancia, el problema sobre el que hace foco esta vertiente teórica es el de la separación moderna entre sujeto y objeto, fundante del conocimiento científico canónico.

 
 
 
 
Por: Lilén Gomez. Profesora en Filosofía, Universidad de Buenos Aires, Argentina. Desempeño en el ámbito de la docencia y la investigación, en áreas de la Filosofía Contemporánea.

Trabajo publicado en: Oct., 2021.
Datos para citar en modelo APA: Gomez, L. (octubre, 2021). Definición de Epistemología Feminista. Significado.com. Desde https://significado.com/epistemologia-feminista/
 

Referencias

HARDING, S. (1996) Ciencia y feminismo. Madrid, Ediciones Morata.

BUTLER, J. (2007) El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona, Paidós.

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