Definición de Laicismo

Lilén Gomez
Profesora en Filosofía

El laicismo hace referencia a la corriente de pensamiento que sostiene la independencia del hombre y de las instituciones sociales —especialmente, el Estado, las instituciones educativas, las instituciones hospitalarias— respecto de las instituciones religiosas o eclesiásticas.

Desde la perspectiva del Laicismo, el Estado y la religión deben hallarse separados en la vida pública, de modo tal que el Estado resulte neutral respecto de las diferentes posiciones posibles en relación con las distintas religiones existentes (es decir, no sólo que no se admita una religión oficial sino, tampoco, una postura agnóstica o atea).

La laicidad

La laicidad (del griego laos, que se puede entender en español como “pueblo”, por oposición a la voz klêrikos, relativa al clero) consiste en un régimen social de acuerdo con el cual las instituciones políticas y sociales fundan su legitimidad en la soberanía popular —es decir, en un poder ascendente, que va del pueblo a la institución de gobierno— y no en una soberanía religiosa —es decir, una soberanía cuyo fundamento último es la divinidad—.

Por su parte, el laicismo constituye el movimiento histórico que aboga por la laicidad del Estado, a saber, por la separación mutua entre éste y las instituciones religiosas.

El objeto de la laicidad es la soberanía popular en tanto es conformada por sujetos cuya característica principal debe ser su condición ciudadana y no su identidad religiosa o de cualquier otra índole.

Los principios del laicismo

El laicismo toma como principio fundamental la libertad de los seres humanos para decidir sobre sus creencias y convicciones. Todos los hombres nacen igualmente libres al interior de la sociedad. Por lo tanto, el Estado debe garantizar el derecho a adherirse a una u otra religión, o bien, a ninguna, puesto que debe igualdad de trato a todos los ciudadanos sin exigirles ninguna opción particular respecto de sus creencias. Para que ello sea posible, debe estar claramente distinguido de cualquier confesión religiosa. En este sentido, el laicismo asume la diferenciación —heredada de la modernidad— entre la esfera de lo público y la esfera de lo privado, identificando los credos con ésta última.

El Estado laico considera ilegítima la financiación pública de las creencias particulares, ya que su intervención debe estar siempre orientada hacia el interés general, a saber, la garantía de los derechos de la comunidad.

Falsas creencias en torno al laicismo

El laicismo no postula la adopción del ateísmo ni del agnosticismo, sino que se apoya sobre el principio de libertad de conciencia, en virtud del cual cada quien tiene la capacidad de elegir sus propias creencias. Del mismo modo, no propone un enfrentamiento directo con la Iglesia ni con el clero. Es decir, la propuesta del laicismo no consiste en la abolición de la religión, sino en la lucha contra el crericalismo, considerado como una deriva política ilegítima de la religión, a través de la cual se pretende una dominación espiritual en particular por sobre la esfera pública. El laicismo propone una convivencia con el clero, siempre y cuando se mantengan los límites entre la comunidad religiosa (que responde a una concepción particular de la fe) y la esfera de lo público (que está normada por leyes comunes).

La neutralidad del Estado laico no supone una indiferencia frente a valores éticos, sino que defiende la universalidad de éstos en términos de Derechos Humanos, que deben ser garantizados para toda persona independientemente de su orientación religiosa. La libertad de conciencia, la autonomía moral, la igualdad entre los hombres y las mujeres, la libertad de orientación sexual, así como la libertad de decisión sobre el propio cuerpo, son valores no religiosos por los que, de acuerdo con el laicismo, el Estado debe abogar. Los sectores del clero, en este sentido, no tendrían mayor autoridad moral para intervenir sobre la validez de los valores universales que sostiene el laicismo.

En última instancia, el interés del laicismo es la lucha por la emancipación de las conciencias, es decir, por la libertad de decisión; pero tal emancipación no podrá tener lugar en la medida en que una religión o credo en particular mantenga privilegios o un poder de prerrogativa en el ámbito de lo público.

 
 
 
 
Por: Lilén Gomez. Profesora en Filosofía, Universidad de Buenos Aires, Argentina. Desempeño en el ámbito de la docencia y la investigación, en áreas de la Filosofía Contemporánea.

Trabajo publicado en: Feb., 2022.
Datos para citar en modelo APA: Gomez, L. (febrero, 2022). Definición de Laicismo. Significado.com. Desde https://significado.com/laicismo/
 

Referencias

¿Qué es el laicismo? Una explicación sencilla y razonada del laicismo y la laicidad. (2022) Observatorio del Laicismo de la asociación Europa Laica.

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