Guerra de los 30 años - Definición, Concepto y Qué es

Alsina Gonzàlez
Periodista esp. e investigador

Si queremos conocer cómo se cimentaron las fronteras europeas tal y como las conocemos actualmente, deberíamos repasar diversas fechas y eventos, pero si lo que buscamos es un punto de apoyo inicial, tendríamos que remontarnos probablemente a la Paz de Westfalia de 1648, que ponía fin a un enfrentamiento conocido como la Guerra de los treinta años.

La Guerra de los 30 años fue un conflicto de alcance europeo que afectó a prácticamente todo el continente aunque se libró principalmente en lo que ahora es Alemania.

Por aquel entonces, el que ahora se considera el motor de Europa era un espacio geopolítico poblado por reinos independientes ligados a una autoridad central (el Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico), pero con una gran autonomía, de forma que podían luchar entre ellos, o aliarse con potencias extranjeras (el proceso de unificación alemán no se llevaría a cabo hasta finales del siglo XIX).

Si bien el casus belli consistió en el enfrentamiento entre partidarios y detractores de la reforma luterana, el conflicto pronto involucró a las principales potencias europeas, que dirimieron sus diferencias e influencia política en los campos de batalla.

El principal enfrentamiento fue el que tuvo por un lado a la monarquía borbónica francesa y, por el otro, a los Habsburgo, quienes controlaban el Sacro Imperio y se sentaban también en el trono de Las Españas.

El detonante de la guerra fue la revuelta de Bohemia de 1618, cuando el nuevo rey intentó imponer el catolicismo a una población mayoritariamente calvinista.

El conflicto armado pronto empezó extenderse al resto del ámbito geográfico checo y, de ahí, saltó a Alemania.

Los príncipes alemanes solicitaron ayuda al rey español y, de ahí, la intervención francesa estaba cantada, pues la monarquía gala no estaba dispuesta a permitir que los españoles les cerraran la posibilidad de intervenir directamente en los asuntos alemanes, rodeándoles además en sus fronteras.

La mecha también prendió en Austria, Hungría y en Transilvania (la actual Rumanía), con revueltas por parte de los nobles protestantes y el pueblo.

En 1619, las tropas españolas empezaron a movilizarse desde las posesiones de la corona en Flandes hacia Alemania.

Poco a poco, los católicos fueron cortando el aire a la revuelta bohemia, además de derrotarla militarmente. Sobre 1625 la revuelta estaba prácticamente anulada, y los territorios bohemios habían sido purgados por los católicos de protestantes.

Es en este momento que, sintiéndose amenazada, la protestante Dinamarca decidió intervenir en el conflicto, entrando en territorio alemán con un potente ejército.

Dicho ejército fue contrarrestado por una numerosa fuerza católica bohemia, así como tropas alemanas, que además de poner en retirada a los daneses, saquearon los territorios por los que fueron pasando.

Alemania se llevaría la principal destrucción de la guerra, lo que en algunas regiones suposo que la población quedó diezmada, especialmente la masculina.

La derrota danesa en Lutter abrió las puertas del país nórdico a la invasión del ejército católico, pero este no pudo tomar su capital. En Lübeck en 1629, el rey danés renunciaba a ayudar a los protestantes alemanes a cambio de mantener su reino.

Los protestantes empezaron a ser perseguidos en Bohemia, pero otro paladín nórdico saldría en su defensa.

En 1630, las tropas suecas al mando del rey Gustavo Adolfo II entraron en Alemania ganando rápidamente terreno a las tropas imperiales.

Suecia era en aquella época una potencia militar digna de tener en consideración, y limitaba con Rusia al tener el territorio que actualmente conforma Finlandia.

Pero tanto tras este ataque, y como en el caso de la anterior intervención danesa, se encontraba el oro y la persuasión francesa; el cardenal Richelieu (uno de los mejores estadistas que ha tenido el país galo, si no el mejor) quería minar la autoridad de los Habsburgo en Alemania, para poder intervenir en la zona, y había ofrecido tanto a Suecia como a Dinamarca antes, influencia sobre las ciudades bálticas de Alemania.

Los suecos camparon a sus anchas por Alemania hasta 1634, cuando en la Batalla de Nördlingen las fuerzas del Sacro Imperio junto a los tercios españoles y con el apoyo de la Liga Católica, los derrotaron.

En 1635, otra paz (la de Praga) pone punto y final a la intervención sueca en la guerra, y restablece cierto equilibrio entre católicos y protestantes. Sería solamente un miraje.

En 1636, Francia entraba en guerra, esta vez más por intereses políticos que por cuestiones religiosas.

Pese a ser un país mayoritariamente católico, Francia temía la excesiva influencia y poder de los Habsburgo en Alemania y de España en el conjunto europeo, así que intervino a favor del bando protestante.

Para minar a la monarquía hispánica, Francia alentó la revuelta de Cataluña, una de las dos que, junto a la de Portugal, se produjeron en la península en 1640.

Si bien la campaña española contra Francia fue inicialmente exitosa, el esfuerzo que representaban los frentes catalán y portugués empezaron a costarle calidad militar al ejército, hasta que en 163 los hasta entonces invencibles tercios fueron destrozados en Rocroi.

Militarmente, se acababa una época, la del dominio absoluto de los tercios y, además, empieza también el declive del dominio español en Europa y da comienzo la época de esplendor y el dominio francés.

Franceses y suecos toman la iniciativa a partir de 1643, poniendo en aprietos a los católicos en los territorios checos y alemanes.

No obstante, todos los participantes en el conflicto están agotados, tanto militar como económicamente.

Alemania es el territorio que ha salido peor parado; utilizado como campo de batalla, el país está completamente arrasado.

El cansancio llevará a las partes a sentarse en la mesa de negociaciones, de donde saldrán con un tratado, la Paz de Westfalia, firmada en 1648.

No obstante, el conflicto entre Francia y España aún durará una década más, hasta que en 1659 se firmará entre ambos países el Tratado de los Pirineos.

Fotos Fotolia: acrogame / fejas

 
 
 
 
Por: Alsina Gonzàlez. Estudios en ingeniería informática en la Universitat de Girona, experiencia en numerosos medios tradicionales y digitales de tecnología, e investigador en temas de historia sobre el eje de la Segunda Guerra Mundial.

Trabajo publicado en: Ene., 2019.
Datos para citar en modelo APA: Gonzàlez, G. A. (enero, 2019). Definición de Guerra de los 30 años. Significado.com. Desde https://significado.com/guerra-30-anos/
 

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