Definición de Vanidad
Excesiva confianza y creencia de la propia capacidad y atracción, muy por encima de otras personas y cosas
Las personas solemos disponer de características personales muy distintivas y singulares que definen muchas veces nuestras maneras de ser y comportamientos, nos definen ante los demás, determinan nuestras acciones y hacen que seamos reconocibles por ellas. En tanto, esos rasgos personales pueden ser positivos, buenos, o muy por el contrario, negativos y malos y entonces afectarnos en nuestra vinculación social y en nuestro desarrollo.
En el caso que nos ocupará a continuación que es la vanidad, la connotación y la idea que todos tenemos de ella son negativas, mientras que su contracara, la humildad, dispone de una altísima consideración y valoración social. Es decir, la sociedad ve con malos ojos al vanidoso mientras que destaca al humilde.
Se designa con el término de Vanidad a la excesiva confianza y creencia de la propia capacidad y atracción que se tiene, muy por encima de otras personas y cosas, es algo así como el orgullo basado en cosas vanas.
Deseo de ser admirado constantemente y atribuye un alto concepto a sus propios méritos
En tanto, se llamará vanidoso/a al individuo que presente esta característica como un rasgo saliente de su personalidad. El vanidoso es arrogante y tiene el deseo de ser admirado constantemente y por todos, por el alto concepto que le atribuye a sus propios méritos, más allá que lo tenga o no, el sí considera que los tiene y por ende se los deben alabar y admirar.
La vanidad genera que la persona se sienta en una posición superior al resto de los que lo rodean, tanto en el plano físico como desde el nivel intelectual. Entonces, para él las demás personas no son lo suficientemente bellas ni inteligentes como él, e incluso se los hace saber, situación que obviamente provocará desagrado en sus interlocutores, ganándose más de una aversión…
Detrás de un vanidoso no hay otra cosa que un inseguro
Quienes han abordado el tema de la vanidad en profundidad sostienen que detrás de una persona vanidosa no hay otra cosa que una persona insegura de sí misma y que necesita a causa de ese sentimiento de inferioridad que la carcome decirse a sí mismo y al resto del mundo que él es mejor y superior a todos, aunque como ya dijimos esto no sea para nada una realidad.
Freud sostenía que la vanidad puede desembocar en una patología extrema de desorden de la personalidad
Algunas enseñanzas vinculadas a la religión, consideran a la Vanidad como una forma de idolatría en la cual uno rechaza a Dios por lo que hace él mismo. Las historias de Lucifer y Narciso, de las cuales a propósito proviene el concepto de narcisismo, elucubrado por el médico neurólogo Sigmund Freud, son ejemplos de lo que puede llegar a ser un auténtico vanidoso. El padre del psicoanálisis fue uno de los que más estudió está cuestión y la incidencia nefasta que la misma tiene en el desarrollo social del individuo vanidoso. Según Freud, la vanidad puede desembocar en una patología extrema de desorden de la personalidad. En este tipo de desviación, la persona afectada por esta, sobreestima sobremanera sus habilidades y presenta una necesidad excesiva de afirmación y admiración por parte de los otros.
De acuerdo a lo estudiado por Freud, la vanidad puede llegar a comprometer la habilidad de la persona para vivir una vida feliz o productiva junto a sus seres queridos y su entorno más cercano, porque al manifestarse los mencionados rasgos de egoísmo desmesurado y de desconsideración hacia las necesidades y sentimientos ajenos que el tipo de persona vanidosa presenta, obviamente terminarán por afectar su costado social.
La difícil convivencia con un vanidoso
Realmente, a quien deba convivir con un individuo vanidoso las cosas se le harán cuesta arriba, porque este tipo de personas no aceptan que no los adulen constantemente en cuanto a lo que hacen, lo que piensan e incluso en lo que son, además de claro está no tener la capacidad de valorar y reflexionar sobre la realidad, porque su inteligencia se encuentra únicamente al servicio y obnubilada por la visión grandiosa que tienen de sí mismos.
De lo expuesto se desprende que nadie debe enorgullecerse de la vanidad ni mucho menos y en aquellos casos en los que la misma sea ciertamente extrema deberíamos consultar a un especialista en psicología para saber cómo manejarla
Trabajo publicado en: Oct., 2009.
Ucha, F. (octubre, 2009). Definición de Vanidad. DefinicionABC. Desde https://www.definicionabc.com/general/vanidad.php