Definición de Trabajo

Karina Mora Mendoza
Doctora en Historia

El trabajo es el esfuerzo realizado por los seres humanos con la finalidad de producir riqueza. Desde el punto de vista teórico, este tópico ha sido abordado desde diferentes aristas, ya sean económicas, sociales o históricas, principalmente a causa de sus relevantes alcances en lo que hace al desarrollo de la humanidad. Karl Marx advierte en el primer tomo de El Capital, que el trabajo es un proceso acaecido entre la naturaleza y el hombre, donde este gestiona y controla su propia acción para lograr obtener un intercambio con la naturaleza. Así, el hombre utiliza las herramientas naturales con las que cuenta (el cuerpo) para buscar y extraer las materias de la naturaleza y con ello gestionar un uso benéfico para su existencia.

Principios

El trabajo se puede entender como la posibilidad de transformar una cosa en otra, como esa capacidad de materializar algo que antes sólo pertenecía al mundo de lo “ideal”. En esta dimensión hablamos del trabajo como una arista del proceso civilizatorio donde dicha actividad pertenece ya de forma exclusiva al ser humano. Esta posibilidad de transformación, de un objeto A en uno B, como resultado de un filtro mental previo para concebir un posible resultado, es, en esencia, la explicación más elemental del trabajo.

En este sentido, por ejemplo, la naturaleza brinda frutos, pero es el ser humano quien lo transforma en posibles conservas o mermeladas. Los factores que intervienen en el proceso son el propio fin de este; lo son también los recursos naturales para lograrlo (el objeto) y las herramientas que necesita para ejecutar el proceso, bien sea su propia corporeidad o bien sean utensilios que ha elaborado previamente (en una creación de herramientas). Es importante comprender que, si los objetos son brindados directamente por la naturaleza sin intervenir sobre estos, por ejemplo los peces de un lago o los frutos de un árbol, son simplemente objetos de la naturaleza, sin embargo, si sobre ellos existe una intervención humana que les ha proporcionado un tratamiento, se habla entonces de materia prima.

Para Marx, lo interesante fue lograr comprender cómo en distintos momentos de la historia el ser humano ha tenido que utilizar los objetos de la naturaleza, yacientes para el propio beneficio, sin más, como insumos que le permitieran sobrevivir, y entonces sí, tener la fuerza y capacidad física para proseguir con otros objetos que requería transformar en lo que antes se expuso como materia prima. De hecho, basa gran parte de su reflexión en argumentar que la clasificación de las etapas económicas no se concreta al observar lo que se hace en cada una, sino en analizar cómo se hace, pues es el proceso del trabajo lo que ha caracterizado el desarrollo de las sociedades en el tiempo y, por ende, la capacidad y éxito que estas han demostrado para extender la potencia de su corporeidad como herramientas de transformación a otros artefactos que posibiliten la continuidad de procesos más complejos llevados a cabo por el hombre que, eventualemente, desembocarán en un producto y más adelante también en un servicio.

El producto o servicio es el resultado del proceso de trabajo sobre un objeto, por tanto, es también un valor que no es tangible (materialemente) pero que se convierte en la base misma de la razón de ser de dicho producto o sevicio, pues tiene ya intrínseco el objetivo de fungir como un bien mayor para la sociedad. Busca trascender la propia subsistencia física, es decir, gracias al trabajo entendido así, el ser humano logra atravesar la barrera de la supervivencia a un modo específico de subsistencia. Este modo de subsistencia se convertirá en cada etapa de la historia en una forma de construcción y organización de la sociedad distinto, con caracteríticas y funciones específicas, pero en todos los momentos la secuencia clave permanece, por ende, siempre habrá un trabajo realizado que brindará un producto o servicio con grados de complejidad distintos. Lo importante de tal análisis es lograr comprender de manera detallada que el trabajo no es el producto, o viceversa, sino que son complemetarios de un proceso de construcción mental y físico; de la posibilidad de proyección humana sobre un resultado previsible entendido como fin (producto o servicio).

Con ello entendido, el trabajo se puede comprender en tantas aristas como complejidades humanas; trabajo obrero, trabajo manual, trabajo intelectual, trabajo físico o mental. O bien, enfocado en áreas de las sociedades modernas que lo clasifican según la demográfica de la población que lo ejecute: como trabajo infantil, obrero, femenino, urbano o rural, por mencionar algunos ejemplos.

Transformaciones históricas

En los comienzos de la historia, y durante miles de años, el trabajo era realizado primordialmente por mano de obra esclava, poseída por un propietario que tenía el derecho de disfrutar o usufructuar con los bienes producidos. Así, el esclavo era tratado como una mercancía más, con la posibilidad de ser vendido o comprado. Esta situación es comprobable desde la civilización griega, el imperio Romano y el comercio de individuos realizado durante la conquista de América. Este estado particular del trabajo finalizó en el siglo XIX (al menos de modo permitido).

Previamente, durante la edad media, se había desarrollado el régimen feudal, en donde la esclavitud estaba excluida. En este caso, al trabajo se le denominaba servidumbre, siendo los siervos hombres libres, puesto que aunque tenían límites en su obrar, sus personas no eran propiedad de otra. Básicamente, en este período y durante esta forma de organización social, el trabajador (siervo) hacía un contrato con un señor feudal en el que se comprometía a trabajar a cambio de protección. Es el precedente más similar a la modalidad de lo que hoy denominamos trabajo.

Diferencia entre el trabajo manual y el intelectual

Un aspecto importante respecto del trabajo, es la definición entre “manual” e “intelectual”. ¿Qué significa esto? El trabajo manual es aquel que se ha desarrollado desde el comienzo del humano como persona habilitada para realizar “trabajos de fuerza”, y aquí se incluyen desde los esclavos hasta los hombres que trabajaban con las primeras máquinas de vapor, en los tiempos de la Revolución Industrial inglesa. Sin embargo, este tipo de trabajo no es algo del pasado, puesto que en la actualidad continúa vigente. Pensemos, por ejemplo, en los obreros metalúrgicos o de la mecánica.

Pero durante la posguerra, comenzó a desarrollarse una nueva forma de trabajo: el “intelectual”, con la aparición de los trabajadores “de cuello blanco”, como se llamó a quienes ejercían estos tipos de empleos. Y esto fue gracias a la noción de “plusvalía” incorporada también en esta época, que es lo mismo que conocemos como “valor agregado”: es el desarrollo de ciencia y tecnología que mejora y optimiza los bienes fabricados. Además de bienes, también en esta época comienza a cobrar vigencia la idea de “servicios”, que son todos los bienes “intangibles” (que no podemos tocar) que podemos adquirir: paquetes turísticos, un seguro de vida o la contratación de un especialista para que arregle la PC.

Desafíos y bases de mercado en los tiempos de hoy

En la actualidad, el trabajo es realizado a cambio de un salario. Así, el trabajador vende su fuerza de trabajo en el mercado y recibe una remuneración por este. El empleador, por su parte, contrata personal con la finalidad de percibir una ganancia. Los intereses de los trabajadores están protegidos por los sindicatos, que negocian colectivamente los salarios según cada sector en particular. Además de esta protección, los trabajadores están amparados por el conjunto de leyes laborales. En este sentido, son destacables los cambios producidos durante The Walfare State, o lo que se conoció como El Estado de Bienestar. Durante los años ’30 y ’70 el Estado era sumamente interventor, equilibrando las diferencias de intereses entre los capitalistas (el mercado) y los trabajadores (asalariados). En este período, los trabajadores lograron grandes conquistas para mejorar sus condiciones laborales, como las vacaciones pagas, jornada de horas fijas, días libres para disfrutar de la familia y el ocio.

Las políticas neoliberales fijadas entre los años ’80 y ’90 minimizar algunas de estas conquistas de beneficios laborales, como por ejemplo fue la flexibilización laboral: por medio de esta política, el Estado beneficia a los capitalistas, pudiendo éstos desvincular a un trabajador de su empresa, pagando una indemnización menor a las que antes se otorgaban al momento de dar un corte al contrato de trabajo.

La falta de trabajo o desempleo es uno de los males sociales y económicos que los estados deben combatir. Desde el punto de vista económico, significa una forma de despreciar recursos valiosos, y desde el punto de vista social, lleva a situaciones de pobreza e indigencia.

El trabajo está consagrado por Naciones Unidas como un Derecho Humano, por el cual toda persona (es decir, todo habitante de este planeta) tiene libertad ante la elección de un empleo, a gozar de buenas condiciones de trabajo, y claro, está abolido todo tipo de esclavitud o servidumbre.

 
 
 
Por: Karina Mora Mendoza. Licenciada en Historia por la UMSNH, Maestra y Doctora por El Colegio de Michoacán. Realiza investigación histórica sobre el siglo XIX en relación al discurso y uso del mismo en temas como la historia de las mujeres y la construcción de la Nación.

Art. actualizado: Septiembre 2023; sobre el original de septiembre, 2008.
Datos para citar en modelo APA: Mora Mendoza, K. (Septiembre 2023). Definición de Trabajo. Significado.com. Desde https://significado.com/trabajo/
 

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