Definición de Equidad de Género

Agustina Repetto
Licenciada en Psicología

El término “equidad de género” es frecuentemente utilizado en contraposición al término “igualdad de género”, no obstante, ambos términos se refieren a la búsqueda de una sociedad más justa. Mientras que la igualdad de género se enfoca en garantizar la igualdad de oportunidades y derechos para todas las personas, la equidad de género se enfoca en reconocer las diferencias individuales y la necesidad de abordar las desventajas y barreras que enfrentan las mujeres y las personas con identidades disidentes.

Acciones para abordar las desventajas de género: hacia una sociedad más equitativa

El enfoque desde la equidad pone de relieve la existencia de desigualdades estructurales que colocan en desventaja a ciertos grupos de personas simplemente por pertenecer a un género específico. En este sentido, el problema no es la diferencia en sí, sino las desventajas que se construyen a partir de ellas. Desventajas que sistemáticamente vulneran los derechos de los grupos discriminados. Desde esta perspectiva, los mecanismos para minimizar las desventajas de un grupo en relación con otro implican generar acciones positivas diferenciales entre ellos, como la creación e implementación de leyes específicas para garantizar el acceso de un sector de la población a la participación política o laboral. Un ejemplo de este tipo de acción es la Ley de cupo laboral para personas transgénero en Argentina, que les asegura un porcentaje mínimo de puestos de trabajo dentro del Estado, entre otras medidas. En otras palabras, las políticas de equidad pretenden subsanar las desventajas mediante un trato no idéntico entre los diferentes grupos identitarios, de manera tal que sea posible el ejercicio pleno de los derechos.

¿De qué hablamos cuando afirmamos la existencia de desventajas entre los géneros?

Las mujeres y las personas transgénero se enfrentan a una serie de desventajas en comparación con los hombres, que tienen un impacto en todas las áreas de la vida, desde el ámbito laboral, social, cultural y educativo hasta la salud. Veamos datos que ilustran lo mencionado:

– La brecha salarial entre hombres y mujeres: según datos oficiales de la Organización Internacional del Trabajo, la brecha salarial mundial es del 16%. Esto significa que las mujeres solo acceden en promedio al 84% del salario de los hombres.

– La brecha de liderazgo: según un informe de la Comisión Europea, solo el 36% de los cargos de dirección en Europa están ocupados por mujeres y según el Informe Global de la Brecha de Género de 2021, las mujeres ocupan solo el 27% de los puestos gerenciales en todo el mundo, lo cual expresa una clara falta de representación de mujeres en posiciones de liderazgo.

– La brecha educativa: según datos de la UNESCO, 130 millones de niñas en todo el mundo no asisten a la escuela.

– Las mujeres enfrentan una mayor carga en el cuidado de la salud de sus familias. Según un estudio de la ONU Mujeres, las trabajadoras le dedican cuatro horas y once minutos a tareas del hogar y al cuidado de menores o ancianos, mientras que los trabajadores solo dedican una hora y treinta y un minutos.

– Según un estudio realizado en Estados Unidos por el Centro Nacional para la Igualdad Transgénero de dicho país, la expectativa de vida de las personas transgénero es de alrededor de treinta y cinco años en algunos países.

– Según un estudio realizado por el Banco Mundial, en dieciocho países hay leyes que permiten a los esposos decidir sobre el acceso al trabajo de sus esposas.

¿Por qué es necesaria la Equidad de género?

La falta de equidad de género no solo afecta a las personas y grupos marginados, sino que también tiene consecuencias negativas para el conjunto de la sociedad. La inclusión y representación equitativa de género en todos los ámbitos, incluyendo la política, la educación, la economía y la cultura, es imprescindible para lograr un desarrollo sostenible y un futuro más justo.

Diversas investigaciones han demostrado que las empresas y los gobiernos que tienen una mayor representación de mujeres en posiciones de liderazgo tienden a ser más eficientes y efectivos en su toma de decisiones. Por ejemplo, un estudio del Banco Mundial encontró que los países que tenían una mayor proporción de mujeres en el poder legislativo eran más propensos a invertir en educación y salud, lo que a su vez conduce a un mayor crecimiento económico y una mayor reducción de la pobreza.

Además, la discriminación y la exclusión de ciertos grupos pueden generar tensiones sociales y reducir la cohesión y la estabilidad en las comunidades. Por lo tanto, garantizar la equidad de género es esencial para prevenir conflictos y fomentar sociedades más pacíficas y justas.

Por: Agustina Repetto. Licenciada en Psicología, egresada de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Actualmente, estudiante del Posgrado en Sexualidad Humana: sexología clínica y educacional con base en Perspectiva de Género y Derechos Humanos.

Art. actualizado: Feb. 2023; sobre el original de octubre, 2009.

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