Definición de Superávit

Superávit es un término económico que es de uso común y se utiliza para hacer referencia a las balanzas comerciales que dan un resultado positivo a partir de una mayor cantidad de ingresos que de egresos.

La noción de superávit se puede usar tanto en el ámbito privado (por ejemplo, en relación a la balanza comercial de un negocio) como también en el ámbito público (siendo la relación al Estado la más común de todas las referencias).

El estudio u observación del superávit implica, de más está decir, definir un período de tiempo específico sobre el cual se realizan los análisis y cuentas. Un superávit (o una balanza comercial positiva) es el resultado de la acción comercial a lo largo de un determinado período de tiempo. El superávit significa que un tipo de intercambio o acción comercial supone mayores ingresos que egresos, lo cual genera inevitablemente una ganancia o rédito económico que se puede ahorrar o reinvertir de acuerdo a los intereses de los responsables.

Causas del superávit estatal

Cuando se habla del superávit de un Estado, se hace referencia a números mucho más grandes. Por lo general, el superávit de un Estado (una condición ciertamente difícil de obtener en épocas de crisis) depende de la combinación de pagos que el Estado necesite hacer (por ejemplo a organismos externos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), en sueldos a su personal, en la provisión de servicios, etc.) y de los ingresos que ese Estado logre recaudar (a través principalmente de impuestos, tasas aduaneras, intereses y canjes de diverso tipo).

De más está decir, que el superávit económico para un Estado es esencial ya que le da mucha más libertad para tomar decisiones de manera libre y sin tener que depender de la ayuda de otros Estados u organismos internacionales que, a veces, pueden resultar muy usureros.

En situaciones de crisis o de debilidad institucional, la continuidad de una balanza comercial positiva o de superávit puede ser muy irregular

Debemos destacar que el superávit en el estado normalmente tiene lugar cuando los ingresos que provienen de las empresas estatales, de los impuestos las retenciones, entre otros conceptos, superan al gasto que se tenga en obligaciones contraídas o en servicios públicos. Ahora bien, este escenario puede implicar una gestión administrativa correcta y eficiente, es decir, ser el resultado de una administración gubernamental aceitada, equilibrada y cero corrupta, o en su defecto la falta de inversión en materia social.

En el primer caso, obviamente, se trata de una buenísima noticia para los ciudadanos y su bienestar porque ese estado de superávit implicará beneficios y confianza en quienes los administran. Mientras tanto, cuando el sobrante de dinero tiene que ver con lo que mencionábamos de falta de inversión en áreas sensibles como lo social, seguramente, muchas personas terminarán pagando esa falta y habrá sectores sociales, normalmente, los más necesitados, que sufrirán las nefastas consecuencias de ello.

La contracara: el déficit

La contracara del superávit es el llamado déficit, concepto también muy común a instancias de la economía y que se usa para designar el estado de cosas opuesto al superávit que es la cantidad negativa que se suscita cuando los gastos o los débitos son más grandes que los ingresos y los créditos.

Exceso de algo beneficioso o necesario

Por otro lado, en el lenguaje corriente y coloquial la palabra es usada para dar cuenta del exceso que existe de aquello que es considerado como beneficioso o necesario. Es decir, cuando alguien tiene mucho de algo que no necesita se puede usar este concepto para dar cuenta de ello. “María tiene un superávit de oportunidades laborales y no las aprecia cómo debería”. “En la actualidad la empresa tiene un superávit de gente idónea y entonces hay que aprovecharlo para aumentar la productividad”.